viernes, enero 27, 2006

La Cultura del Gambaru



Reportes, informes, exámenes, presentaciones... nada extraordinario, lo típico de fin de semestre (aquí los semestres son de abril a agosto, y de octubre a febrero). Estas son semanas bastante atareadas, agotadoras, estresantes, pero con un estrés del bueno, de ese que te obliga a trabajar duro y parejo, pero del que sabes va a acabar. Este estrés tiene fecha de vencimiento...

Una compañera del Laboratorio, sin embargo, no las lleva tan cómodas. El lunes pasado venció el plazo de presentación para las tesis de maestría y, a pesar del duro trabajo que he visto ha puesto en ese documento, no lo pudo terminar. Por lo menos no como ella ni su asesor esperaban. Así que presentó lo que buenamente había podido concluir.

Luego de verla irse a casa totalmente derrotada y con los ojos rojo sangre (tanto de reprimir las lágrimas como de no haber dormido las dos noches previas), no puede evitar preguntarle a un compañero por el posible desenlace de la historia: ¿la van a reprobar?

La respuesta no me sorprendió sólo porque tengo ya dos años en estas tierras: No, lo más probable es que la aprueben. Los profesores tomarán en cuenta no sólo el trabajo y el esfuerzo que puso en este documento, sino también en el que puso en conseguir un empleo y, como ella ya tiene garantizado uno para comenzar en abril, es seguro que la aprueban...

¡Bienvenidos a la cultura del gambaru!

Una de las primeras expresiones que aprendes del japonés es el “gambatte kudasai!”, que aquí se usa tanto como nosotros usamos el “¡suerte! ¡que te vaya bien!”. Pero hay una ligera diferencia, gambaru no significa literalmente “suerte” sino “trabajar duro, dar lo mejor de uno mismo”, así que en lugar de darse ánimos uno a otro gritándose “¡que tengas suerte! ¡te deseo lo mejor!”, aquí se animan con un “¡trabaja duro! ¡da lo mejor de ti!”.

Y es que en Japón, a diferencia de occidente, lo que cuenta no es tanto el resultado de nuestro trabajo sino más bien el esfuerzo y dedicación que ponemos en él. Para nosotros un buen resultado quiere decir que probablemente hemos seguido el camino correcto; para un japonés seguir el camino correcto quiere decir que probablemente obtendrá un buen resultado.

No me malinterpreten, los japoneses también se esfuerzan por obtener buenos resultados. Y en realidad los han obtenido todos estos años, como lo prueba su emergencia como potencia industrial. Pero para ellos eso es un resultado innegable de haberse dedicado con diligencia a fabricar y exportar productos de calidad, y no era el objetivo directo de su esfuerzo. En realidad, sólo querían hacer las cosas bien y salir de la pobreza de la post guerra.

Suena muy bonito, pero no es fácil acostumbrarse a lo que el gambaru significa. En las universidades, por ejemplo, los exámenes no son nunca de respuestas múltiples y la calificación no es clara. ¿Qué peso de mi nota dependerá del primer examen? ¿Cuánto del segundo? La mayoría de occidentales, acostumbrados como estamos a guiarnos por las notas de fin de semestre, no podemos entender cómo es posible que hacia el final del mismo no tengamos la menor idea (en firme) de si vamos o no a aprobar. Los profesores considerarán los trabajos presentados y los resultados de los exámenes, pero si las calificaciones no han sido buenas, considerarán también si hemos asistido puntualmente, si los hemos buscado a consultar dudas después de clase, si hemos leído libros adicionales a los recomendados. Es decir, analizarán si nos hemos esforzado. ¿Te has esforzado lo suficiente en el curso? Entonces has aprobado. No lo dudes...

¡Ah...! Imagino un mundo en el que la criollada, la viveza, la astucia, la pendejada han sido desterrados. Imagino un mundo en el que todos se esfuerzan y dan lo mejor de sí en sus respectivos trabajos. Imagino un mundo en el que la gente tiene valor no por lo que generan, sino por lo que se esfuerzan. Imagino un mundo en el que la gente hace lo que hace porque debe hacerlo y no porque alguien esté vigilando.

Aunque ahora imagino que mejor regreso a trabajar. No vaya a ser que bloguear no sea considerado “gambaru”. Total, aún no termina el semestre.

¿Saben que respondemos nosotros cuando alguien nos grita ¡suerte!?: Gracias. ¿Saben que responde un japonés cuando alguien les dice “gambatte kudasai!”?: Gambarimasu! ¡Me esforzaré!

Gambatte kudasai!

Update:
Siguiendo la romanización Hepburn, "gambaru" y "gambatte kudasai" se pueden escribir como "ganbaru" y "ganbatte kudasai", que son quizá las transcripciones más populares para este término.

martes, enero 10, 2006

¡A comprar! ¡A comprar! ¡Que el mundo se va a acabar!

Los tres primeros días del Año Nuevo (sanganichi) son muy importantes en Japón. En primer lugar, significa ponerte tu mejor kimono para visitar varios templos y saludar a los dioses (no se vayan a olvidar de ti en el año que comienza)...



Y también significa... ¡el inicio de la temporada de remates invernales!



Las calles estuvieron repletas de japoneses dispuestos a gastar sus bonos de invierno (lo que sería la Gratificación Navideña en el Perú) aprovechando al máximo los descuentos de estos días. Las tiendas y grandes almacenes, sabedores de esto, se preparan con semanas de anticipación para no desaprovechar esta oportunidad de deshacerse de sus stocks muertos, es decir, de aquellos productos que no se vendieron tan bien durante el año anterior, y preparan las ya famosas fukubukuro o "bolsas de la suerte"...



Las fukubukuro son bolsas (cerradas y selladas) que contienen productos por valor superior al precio de la misma. Si compras una de 5000 yenes (50 dólares), estarás seguro que los productos contenidos superarán esa cifra. Y si compras una de 200.6 millones de yenes (más o menos 2 millones de dólares), podrás estar seguro de que te llevarás a casa una auténtica ganga...

Pero, ¿vale la pena arriesgarse y gastar grandes sumas de dinero por productos que quizá no querramos? Si bien las bolsas de las tiendas de ropa están etiquetadas por tallas, ¿qué pasa si no tengo suerte y me tocan prendas horrendas? Pues para las japonesas el asunto más que de suerte, se trata de competencia: obtener "la" bolsa, que justo contiene "el" producto, antes que cualquiera de sus amigas es, al parecer, aliciente suficiente. Vean sino la historia de estas 16,000 chicas que hicieron cola frente a un importante centro comercial en Tokio para poder hacerse con una de sus bolsas (o morir en el intento).

La costumbre de las fukubukuro llegó ya a Hawaii (isla americana con una gran colonia japonesa) e inclusive a San Francisco, en donde la tienda de Apple puso a la venta bolsas de 250 dólares que podrían contener una iPod... ¿Algún día llegará a nuestras puertas? Esposos y novios tiemblen, que las mayores consumidoras de estas bolsas son (¡quienes más!) ¡nuestras bellas medias naranjas!

(Pueden ver algunas fotos adicionales de estas bolsas en la página de greggman)

domingo, enero 01, 2006

El 2005 desde Japón

MARZO

  • ¡Casi un año! El tiempo vuela, y en marzo del 2005 estaba por cumplir un año en Japón. Así que decidí comenzar con este blog (idea que venía postergando por lo menos medio año) "para que mis nietos no crean en 20 ó 30 años que su abuelo fue un Big Fish"...
  • Las primeras bitácoras... En que incluí en este blog las cartas comunales que enviaba a Lima. Más o menos como un blog, pero por correo.
  • ¡El avión, el avión! Mi primer Boeing 747 y mi primer acercamiento al nivel de atención japonés. Es muy caro, ¡pero vale la pena!
  • Cada loco con su tema... ¡Es que se encuentra cada especímen por las calles...! ¿Qué notarán quienes visitan Lima por primera vez?
  • El sueño de los justos. Es increíble ver como los japoneses duermen... ¡dónde sea!

ABRIL

MAYO

  • ¡Karaoke! Llegar a Japón y no visitar siquiera un karaoke (aquí, en la patria del artilugio aquel), debería ser penado con pena de cárcel. Aquí una breve descripción de los karaoke box japoneses...
  • Ballena. ¡A comer ballena! (pero no muchame) Japón es de los poquísimos países en que es legal aún comer su carne. Y yo me pregunto ¿porqué no?

JUNIO

  • ¡Mozaico! ¡Dos más! ¡Bien al polo! Una Inca Kolita y varias Cristales aquí en Japón...
  • Julieto y Romea. ¡Felicidades a mis amigos Richi y Cynthia, por decidir casarse! Que la fuerza les acompañe...
  • Nasca. ¡Por fin un restaurante peruano! Aunque por la pinta debe ser uno bastante caro...
  • Paraíso chelero. Máquinas vendedoras de cerveza, ¡casi en cada esquina!
  • ¡Bienvenido a Japón! Algunos consejos para un amigo que estaba por visitar Japón.
  • Menú visual. De la costumbre japonesa de poner modelos plásticos de sus platos en una vitrina en la puerta, ¿para que se te abra el apetito?

JULIO

  • Locura de examen. De cómo dar un examen de ingeniería en japonés, sin morir en el intento...

AGOSTO

SETIEMBRE

OCTUBRE

  • Say cheeeeeese...!!! Si no hacen la señal de la victoria al tomarse una foto, no son japoneses...
  • De parranda a la japonesa. ¿No se te antoja saber cómo se divierten los japoneses? ¿Cómo juerguean? ¡Dale una leída a esta historia!
  • Adiós verano. Que no, que no soy poeta. Que este post me salió en verso sin mucho esfuerzo...
  • El burro flautista. Unas fotillos del cumpleaños de Yuki. No pregunten quién fue el burro...
  • Terror al bronceado. De cómo odian broncearse las japonesas.
  • Babel. Las diferencias idiomáticas hacen la vida más divertida.

NOVIEMBRE

  • Feriados Japoneses. ¿Día del mar? ¿Día del anciano? ¿Día de la mayoría de edad? ¡Entérate qué feriados se celebran en Japón! (Y muérete de envidia)
  • La universidad en Japón. Un breve análisis de cómo son las cosas realmente en la universidad japonesa. ¿Vale la pena estudiar aquí? ¿Cuáles son las principales diferencias?

DICIEMBRE

Espero que hayan disfrutado alguna de estas notas tanto como yo disfruté escribiéndolas. ¡Gracias por vuestras visitas!

Giancarlo

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