15 Minutos de Fama...
¡Hey! Todos tenemos derecho a nuestros 15 minutos de fama, ¿eh? Pues los míos llegaron sin previo aviso. ¡Bienvenidos a quienes me visitan desde la página de
En la Red! ¡Y por supuesto muchas gracias a los editores de
El Comercio por haberme regalado un link temporal en su página!

Les contaré entonces de qué trata esta bitácora, para que no se pierdan en ella. Hace poco más de un año, gracias a una
beca otorgada por el Gobierno de Japón, llegué a estas tierras a iniciar estudios de Maestría en Ingeniería Medioambiental en la
Universidad de Kioto. Como todo recién llegado, me he maravillado con los portentos de la tecnología que sólo un país del primer mundo puede darse el gusto de tener. Pero también me he sorprendido con las diferencias culturales que hacen que muchas cosas que daba por ciertas (como que todos en el
extranjero hablan un
perfecto inglés, o que la comida
es más barata que en Lima) realmente no sean tales.
Extraño a mi familia, a mis amigos, a mi perro, la comida, los paisajes del Perú, el cine, las discotecas, la buena música en la radio y todas aquellas cosas que daba por sentado allá. ¡Pero no cambiaría esta experiencia por nada del mundo! Afortunadamente
mi esposa me acompaña por aquí, y hemos hecho un buen grupo de amigos latinoamericanos que me hacen sentir cómodo hablando español. Además, con tantos peruanos en Japón, puedo conseguir fácilmente una Inca Kola, una Cristal, un Pisco Sour ¡y puedo hasta ver Magaly TV
sin tener que salir de casa!
Bienvenidos pues a esta humilde página, nacida para mantenerme en contacto con mis familiares y amigos, pero en la que pueden encontrar detalles simpáticos,
graciosos,
extraños y
sorprendentes de estas tierras. ¡Gracias por la visita!
Otros peruanos en Japón:-
Oña Moto-
Out of Geek-
Hojas Sueltas
Takatsuki Jazz Street

En la ciudad de
Takatsuki, Osaka, antes de la llegada de los
insoportables calores veraniegos, se realiza (durante la
Golden Week de mayo) el
Takatsuki Jazz Street Festival, un festival gratuito de jazz (si, ¡gratuito!) que congrega en tres días más de 350 bandas y más de 2,000 músicos, y de vez en cuando a algunos latinos misios que no tienen nada más que hacer...
Lo primero, como cualquiera lo atestiguará en sudamérica, es llenar el estómago. ¡Después vendrá la diversión! Esta vez probamos un buffet de brochetas "come todo lo que puedas en 60 minutos" que por poco nos manda al hospital... ¡es que comimos como si el mundo fuese a terminar!

Las brochetas son untadas en una mezcla especial de harina y vé-tú-a-saber-qué-más, y luego se sumergen por unos minutos en una olla de aceite que está al centro de cada mesa... ¡Delicioso!

¡Ah! Los palillos que ven juntos en un vaso, son de las brochetas que había comido hasta entonces... :-)
Luego de la comilona, y armados de nuestra guía del festival, nos fuimos a la caza de algunas bandas que sonaran más o menos interesantes, tarea no tan fácil considerando que teníamos cerca de 40 opciones para escoger... ¡cada hora! En fin, nos decidimos primero por una banda que se presentaba a la salida del centro comercial en el que habíamos almorzado, una que nos sorprendió con una menuda saxofonista, que no sé de dónde sacaba tanto aire para soplar el instrumento aquel...



Luego llegamos a un templo (sí, también hay conciertos en los templos japoneses... ¿por qué no?) y nos encontramos con una banda de look incoherente... un saxofonista disfrazado de mujer chick, un guitarrista fan de Bono, y un bajista que era pariente de
Ñoño o
Godinez...

Y de allí nos fuimos a escuchar una Gran Banda... ¡en una cancha de béisbol!



Este es realmente un tremendo espectáculo, ¡y nosotros sólo pudimos ir una fecha! Amantes del jazz que estén en Japón el próximo año, hagan planes para estar por estos lares el próximo Golden Week. ¡Vale la pena el viajecito!
PS: Como en casi cualquier lugar de Japón, en Takatsuki no pudieron librarse de tener su propio panfleto escrito en engrish. ¡Ja! ¡Gotcha!
El Puente Colgante Akashi-Kaikyo
Camino a la ciudad de
Himeji, famosa por su
castillo (uno de los pocos que quedan en su forma original), se pasa al lado de una de las más interesantes obras de ingeniería del siglo pasado: el
Puente Colgante Akashi-Kaikyo.
[Foto Y. Fukuoka]
[Diagrama Honshu Shikoku Bridge Authority]Este puente une la isla de Awaji con la ciudad de Kobe, cruzando uno de los estrechos más transitados del mundo (¡más de 1000 embarcaciones diarias!). Con una longitud total de 3911 metros (¡casi cuatro kilómetros!), los 1991 metros del tramo central lo convierten en el puente colgante más largo del mundo. Al inicio de su construcción (1988) la distancia entre los pilares principales era de sólo 1990 metros, y el metro adicional es consecuencia del
terremoto de Kobe de 1995 que los alejó esa distancia. ¡Tremendo sismo aquel!

Dos millones de trabajadores esuvieron involucrados en la construcción de este puente, que tomó diez años y utilizó 181,000 toneladas de acero y 1.4 millones de metros cúbicos de concreto, a un costo estimado total de 500,000 millones de yenes (¡5,000 millones de dólares!). Si colocásemos todos los cables de acero uno tras otro, ¡daríamos la vuelta al planeta
siete veces y media! Una medida de comparación para percatarse de la magitud del puente: ¡las torres principales miden casi tanto como la Torre Eiffel!
[Diagrama Honshu Shikoku Bridge Authority]La entidad que se encarga del mantenimiento de este puente (la
Honshu Shikoku Bridge Authority) ha puesto un interesante
video en internet (en inglés) que muestra el puente y el proceso de construcción. Para ver el video, haz click
aquí.
Unas últimas fotos del lugar...
Una de las 1000 embarcaciones que cruzan el estrecho todos los días...
El puente y la estructura utilizada para realizar mantenimiento
Awajishima, el lugar al que se llega cruzando el puente
Kyoto en 24 horas
Un buen amigo mío, antiguo compañero de juergas universitarias, y a quien no veía en casi dos años (antes de yo venir a recalar por estos puertos, y de él irse a vivir a Austin), llegó a Kyoto en viaje de trabajo, así que me ofrecí (como espero haga él cuando llegue yo alguna vez por allá) a hacerlas de guía turístico aprovechando que tendría un día libre completo.
¿Dónde lo llevo? ¿Qué priorizo? Como alguna vez les conté, Kyoto tiene
17 Patrimonios Culturales de la Humanidad (
título nobiliario otorgado por la Unesco a sólo
10 lugares en todo el Perú) que no podíamos visitar en sólo 24 horas, así que la consigna fue priorizar. La gran pregunta fue ¿y qué priorizamos?
En
otro post les contaba cómo tengo la impresión de que no hay sitios que marquen tanto una visita a Kyoto, como Machu Picchu en el Cuzco. Lugares bonitos, interesantes, que tienen un poco de todo, hay miles. Kyoto misma fue capital del Japón por casi 1100 años, así que imaginarán hay mucho que conocer. ¿Qué visitas cuando sólo tienes un día libre?
Luego de muchas deliberaciones (
Pilar me ayudó bastante en ello) y considerando que el antiguo Palacio Imperial está cerrado los fines de semana (el día libre de mi amigo fue ayer domingo) decidí crear el nuevo tour "Kyoto en 24 horas"...
1. KIYOMIZUDERA
Kiyomizudera ("Templo del Agua Pura"), es un templo budista construído en el año 780, famoso por que se dice que las aguas que fluyen de su manantial tienen la propiedad de curar diversas enfermedades. Una reciente propiedad no terapéutica es la de ayudar a aprobar exámenes, así que muchos estudiantes suelen visitarlo y beber de esta agua antes de un examen importante.

A un lado del templo principal encontramos el
Templo Jishu, famoso por sus "Piedras del Amor". Se dice que si logras recorrer el espacio que hay entre ellas (unos 10 metros) con los ojos vendados, la deidad del templo te ayudará con tu vida amorosa. Afortunadamente este dios no se hace ningún problema de que tus amigos te vayan soplando "¡derecha, derecha!" "¡izquierda, izquierda!" según vas recorriendo esa distancia...
2. CASTILLO DE NIJO

Japón no fue siempre el imperio consolidado y unificado que se lanzó a la Segunda Guerra Mundial. El proceso de unificación tomó muchos siglos, y aún así, no siempre el Emperador era quien gobernaba el país, ni el hombre más poderoso. Hacia el año 1600, y luego de una cruenta batalla,
Ieyasu Tokugawa se convirtió precisamente en la persona que más poder concentraba en Japón, dando inicio al
Shogunato de Edo (Tokio). El
Castillo de Nijo fue la residencia en Kyoto de este Shogún, y fué construído en el año 1603.
En 1868 el Shogunato de Edo (o Gobierno Tokugawa) perdió poder, y este retornó a las manos del Emperador, en un capítulo de la Historia de Japón conocido como la
Restauración Meiji.
3. KINKAKUJI

Kinkakuji o "Pabellón de Oro" es probablemente el edificio más fotografiado de Kyoto. Fue construído en el año 1397 como parte de la residencia del Shogún (retirado) Yoshimitsu
Ashikaga, y se transformó en templo Zen (una secta budista) a su muerte en 1408.
En el edificio se guardan reliquias sagradas de Buda, y está cubierto completamente de hojas de oro (de allí el color y el nombre). El edificio actual es una reconstrucción de 1955, ya que el original fué incendiado por un monje fanático en 1950.
4. UNAGI e IZAKAYA
El día concluyó luego de las visitas a la zona comercial de la ciudad (¡indispensable la compra de recuerdos para los amigos!) en un restaurante en el que probamos unagi (anguila) en un plato típico de temporada, y luego en un izakaya, clásico bar japonés en el que mi amigo probó un original sake japonés.
24 horas es un lapso muy corto para visitar una ciudad tan rica culturalmente como ésta, así que espero los lugares que visitamos hayan satisfecho la curiosidad de mi amigo. Ojalá hubiera tenido algo más de tiempo libre para visitar otros templos, castillos, palacios y restaurantes de por aquí. Y si alguno de ustedes llega a visitarme, espero me permitan prepararles un tour de 48, 72 ó más horas... ¡Kyoto lo vale!
Kyoto, un Cuzco sin Machu Picchu...
Estoy seguro que mi padre, cuzqueño de nacimiento (y corazón), hincha moderno del Cienciano (al no estar su Garcilazo más en primera división), y limeño adoptado (y transformado), estará feliz de escuchar esto. Kyoto, capital indiscutible del turismo en Japón y antigua capital oficial del Imperio del Sol Naciente, se parece al Cuzco pero sin Machu Picchu...

Es cierto, soy peruano y por ello tengo un sesgo en mis ideas, pero permítanme explicarles mi punto.
Kyoto fue capital imperial del Japón entre los años 794 y 1868. ¡1074 años! Eso es bastante tiempo. Y sin dudas muchísimos más años de los que el Cuzco fue capital del Imperio de los Incas. Kyoto conserva 1600 templos budistas y 400 sintoístas. Muchos más que iglesias en el Cuzco. Tiene tres palacios imperiales y docenas de bellos jardines zen y museos. ¡17 de sus edificios y jardines son Patrimonio Histórico de la Humanidad! Casi tantos como tenemos en todo el Perú. ¿Siendo una ciudad culturalmente tan rica, qué le puede faltar?

Cualquier viaje al Cuzco estaría incompleto sin una visita a
Machu Picchu. Levantarse a las 4 am para tener el tiempo suficiente de bañarse, cambiarse y tomar un ligero desayuno, y no perderse la salida del siempre puntual (caso extraño en el Perú) tren a Machu Picchu, marcan el inicio de la aventura. Un viaje en tren que toma unas 4 horas bajando de los 3,100 metros a sólo 2,000 de ceja de selva, y un bus que nos vuelve a subir 200 metros por una escarpada colina en menos de media hora, marcan la parte pesada del viaje. Finalmente estamos en Machu Picchu, ciudadela que visitamos en las cortas dos horas de la visita, antes que tengamos que salir corriendo para evitar que nos dejen el bus y el tren de regreso al Cuzco, ciudad a la que llegamos completamente agotados, cansados y extenuados, pero felices.
Pues sí, el viaje al Cuzco tiene un clímax, y esa es la visita a Machu Picchu.
Kyoto es una ciudad con (quizá) más historia que el Cuzco, con edificios históricos mejor cuidados y mantenidos, con mejor infraestructura. Pero todos los puntos históricos quedan marcados al igual en la mente del visitante, y se diluyen por igual al transcurrir los años. ¿Machu Picchu? Ningún visitante olvidará jamás haber estado allí. Olvidarán Saccsayhuamán, Chincheros, Ollantaytambo, pero jamás Machu Picchu.
Pero no me malinterpreten. Kyoto es una ciudad fantástica, con mucha historia, indispensable en cualquier viaje a Japón. Y sí, uno puede tener viajes inolvidables a Himeji-jo, a Kyushu, a Hokkaido o a muchos otros lugares, pero ello sería como viajar en el Perú del Cuzco a Iquitos, Trujillo, Arequipa o Ayacucho. Lo que no tiene Kyoto es un clímax como lo tiene el Cuzco. ¡Aprovechémoslo!
Fiesta en Japón, con guitarra y con... ¿cajón?
El año pasado, la administración del edificio en el que vivíamos (una residencia perteneciente a la universidad en la que estudio) organizó una fiesta de bienvenida para los nuevos residentes.
Hubo abundante comida...

un espectáculo con un dragón chino (¿dragón chino? ¿en Japón? pues sí...)

música con instrumentos musicales típicos japoneses...

¡y un peruanísimo cajón!

El
cajón fue presentado como un "típico instrumento musical sudaméricano", sin ninguna mención al Perú ¡Fué muy interesante escucharlo dándole ritmo a la música japonesa! Grabé un corto video de la canción, pero no tengo un servidor web propio así que no lo puedo poner en internet. Si hay alguien por allí que tenga real interés en escuchar esta versión, que me avise y le envío el archivo en un correo.
Esta sin embargo no ha sido la última vez que me he cruzado con cajones aquí. Hay un grupo de japoneses dedicados al flamenco, quienes consideraban al cajón como
instrumento típico español... Bueno, desasnados están ellos ya, pero parece que no es sólo el Pisco el único producto del que estamos perdiendo lentamente la paternidad...
¿Alguna vez han comprado una
Inca Kola en lata? Por suerte para nosotros la podemos adquirir en tiendas de productos extranjeros en Kyoto... ¡en la sección de productos gringos! Es que esta lata no dice por ningún lugar que el producto es peruano, sino sólo que ha sido "enlatada en Estados Unidos". Así que uno más a la lista...
¿Por qué estamos perdiendo la paternidad del Cajón, del Pisco, de la Inca Kola, pero no de Laura Bozzo? Suerte la nuestra...
¡Felices Fiestas Patrias!
Dicen que lejos de tu país sientes más el patriotismo que cuando estás allí. Luego de año y medio de estar por tierras japonesas claro que extraño muchas cosas de por allá, pero no por eso me siento más peruano. A menos, claro, que celebrar fiestas patrias
todos los años cuente...

El año pasado nos juntamos cuatro peruanos en Kyoto y nos fuimos a un restaurante latino a celebrar con
Cristal e Inca Kola. Este año, con
Pilar ya por estos lares, invitamos a una pareja de buenos amigos a celebrar con un plato de lomo saltado, Inca Kola, mazamorra morada y su infaltable Pisco Sour.

Preparar Pisco Sour es todo un reto por aquí ya que cuesta un ojo de la cara. Una botella de
Biondi cuesta 4200 yenes, que son unos 40 dólares. Cada limón (sí, cada uno) cuesta 150 yenes (dólar y medio), y necesitas dos o tres para obtener una onza de zumo. ¿Jarabe de Goma? Afortunadamente no es nada del otro mundo y por unos 10 dólares puedes comprar una botella en una buena tienda de licores. Los huevos tampoco son caros, y una decena (es que aquí no las venden por docenas, sino por
decenas) cuesta uno o dos dólares, así que
no los va a hacer a ustedes pobres ni a los de la tienda ricos...
Compren una buena mezcladora (manual señores, ¡nada de licuadoras!) y diviértanse con el preparado. Una onza de zumo de limón, dos de jarabe de goma, tres de pisco, una clara de huevo y hielo al gusto, mezclar por unos momentos pero sin dejar que se derritan todos los hielos, servir en copas o vasos bajos y adornar con dos o tres gotas de Amargo de Angostura (o con el Amargo Chuncho que consiguen en Wong) y ¡voilá! ¡A disfrutar!

¡Kampai!
PS: Muchas gracias a mi amigo Chris Mina quien me facilitó las fotografías del almuerzo para incluir en este post... ¡En él y en su esposa tenemos a dos nuevos fanáticos del Pisco Sour!