miércoles, octubre 06, 2004

Desde Kyoto (año 1, número 7)

¡Saludos amigos!

Ya estamos en el mes de octubre… ¡cómo pasa el tiempo! Hace medio año que estoy aquí, en la Tierra del Sol Naciente. ¡Y parece que fue ayer que tomé aquel LanChile de asientos minúsculos en Lima, para comenzar mi viaje de 26 horas hasta Japón…!

Muchas cosas han pasado en estos 6 meses. He aprendido la base del japonés (estoy muy lejos aún de decir que lo hablo con propiedad), he cambiado un Peugeot 306 por una poderosa bicicleta Giant modelo Cross 2000 de 21 cambios (pero ninguno de retroceso), me he acostumbrado a tener un sistema de transporte masivo (llámense buses, trenes, metro y taxis) que SI funciona, he aprendido a cocinar algunos platillos ligeros (incluido un riquísimo chicharrón, ¡no se la pierdan!), he practicado inglés más de lo que nunca hice en mi vida (por fin estoy dejando de decir cosas estúpidas como “I did came” por “I did come”…), he hecho muchos amigos internacionales, y he probado platos que jamás en mi vida pensé que los probaría… En fin, de esas cosas que uno hace cuando cambia el país de residencia.

Pero aún me quedan 6 meses “en el aire”. Los cursos de Maestría comienzan en abril de próximo año, así que la próxima semana me reuniré con mi Sensei (imagínense, ya me acostumbré a usar “Sensei” en lugar de “Profesor”…) para decidir mi plan para estos meses. En principio quiero seguir estudiando japonés (pero ya no en el ciclo súper intensivo), me toca prepararme para el examen de la Facultad en febrero, y tengo que comenzar mi trabajo de investigación (que por cierto, no sé si siga siendo el de “aceites usados”) para ir ganando tiempo. ¡Quién lo diría! ¡Todo un investigador yo!

Me he paseado bastante por Kyoto durante estos meses, pero lo que más he disfrutado (¿alguien lo dudará?) han sido mis “tours culinarios”. Y de lo mucho que he probado, sin duda mis tres últimas cenas con amigos del Laboratorio: Fugu, Ballena y Kobe Beef. Fugu es el “pez globo”, aquel que cuando se quiere defender se infla como un globo para aparentar ser más grande. Es delicioso pero muy venenoso si no se prepara con propiedad, así que nos fuimos a comerlo a un restaurante que tenía chef autorizado (hay que sacar licencia para cocinar fugu). Ballena… bueno, ustedes saben que Japón es uno de los poquísimos países del mundo en los que se puede comer. Y Kobe Beef, o literalmente “carne de Kobe”, una carne tremendamente suave proveniente de las vacas mejor tratadas en todo el mundo (¡les dan de beber cerveza y les hacen masaje con sake!). Tiene más parecido con el foie grass que con el bistec, y si a alguien se le antoja conocer un poquito más (carnívoros del mundo, ¡atención!), dense un salto por la página de Ask The Meatman haciendo clic aquí.

Pero como la mona, aunque se vista de seda, mona se queda… ¡yo sigo siendo todo un latino! Hablando en español con mis amigos latinos, juntándonos los fines de semana, saliendo juntos a comer tacos, a tomar unas cervezas, o simplemente a pasear por allí… Claro que a veces me gustaría “perder” mi identidad latina y pasar desapercibido entre las multitudes… Es que los latinos tenemos una fama… Por ejemplo, hace unos días un amigo mío dejó mal estacionada su bicicleta, y se la llevaron al depósito (¿pueden creer que hay eso por aquí?). En fin, no tenía idea dónde diablos estaba el sitio, así que copió la dirección que salía en un cartel cercano (aquel con la leyenda “prohibido estacionar bicicletas”… En fin…), se acercó a una pareja que estaba por allí, y les preguntó dónde quedaba el sitio de marras. Pues resulta que la pareja no sólo le dijo cómo llegar, ¡sino se subieron a todos los trenes con él para que no se pierda!... En el camino le preguntaron de dónde era, ustedes saben, para hacer algo de conversación. “De Chile”, respondió mi amigo. “Ahhh…. Y eso, dónde está?”, “En América del Sur” les dijo… “¡América del Sur! Entonces… ¿tienes hambre?”… ¡PLOP! Estos ponjas creían que todos los sudamericanos estamos muertos de hambre por las noticias que ven en la tele… ¡Jajajá! ¡Hasta le quisieron pagar la multa de la bicicleta para que el pobrecito no tuviera que gastar el dinero destinado a comida!

En fin, amigos, no los aburro más. Conforme pasa el tiempo mis correos se van haciendo más espaciados ya que la novedad se va acabando… Aunque estoy seguro que en noviembre, con la llegada de Pilar por estos lares a fines de octubre, tendré muchas otras anécdotas que contarles…

Un abrazo a todos, y no dejen de visitar mi álbum que siempre hay fotos nuevas… (Desde la última vez que los invité a visitar esa página, los nuevos álbumes son los numerados a partir del 15-Rock Odyssey… ¡Diviértanse y conozcan un poco más de Japón!)

Nos vemos y no dejen de escribir y contar novedades,

Giancarlo


PD: Ya tengo computadora propia (¡con quemador de DVDs para que se mueran de envidia!), así que los que usen MSN Messenger pueden encontrarme allí. Recuerden que cuando por allá es de día, aquí es de noche… así que no esperen encontrarme a horarios “inadecuados” ¡Nos vemos! Giancarlo.